CARTA DE AMOR

Me tomé un receso pero estuve pensando en ti, como siempre lo he hecho, como siempre lo haré. Me preguntaban cuándo escribiría sobre ti y sentía algo tan especial que era difícil pensar en qué decirte. Fue a primera vista, te conocí y quise estar cerca de ti, contigo aprendí el significado de la paciencia, la ilusión y la esperanza. Ha sucedido algo que en toda mi vida nunca antes vi, la gente te quiere, te aprecia y cree en ti, la gente está feliz y orgullosa de ti. En el pasado no recuerdo nada similar, no en este tiempo que yo te acompaño, también veo algo más, tu buena vibra, estabilidad y confianza. Siento tu alegría, te quieres bien y te valoras. A veces esto es suficiente, otras no, qué importa, porque pase lo que pase quiero que sepas que estoy contigo, te abrazo y te sostengo. Sé que es difícil, sé que somos humanos y sé que el fracaso también es opción, pero qué importa porque tienes que saber que te quiero, te he querido y siempre te querré igual. Si antes estuve a tu lado, hoy no será la excepción. Me has hecho reír, llorar, gritar y saltar como nunca, emociones que sólo tú eres capaz de despertar en mí. Mi corazón salta y se ensancha cuando te veo celebrar y disfrutar.

¿Sabes qué admiro de ti? Admiro el clima familiar que te rodea, me conmueve tu sencillez y solidaridad en este tiempo. Admiro tu optimismo, tu espíritu guerrero, tu resiliencia y tus locas ganas de seguir adelante. Admiro quien eres cuando estás con tu maestro, admiro esa paz, confianza y seguridad que te transmite, admiro lo bien que te siento a su lado. Si algo te define hoy seguramente son esos sólidos lazos de unión y humildad, esos que te hacen fuerte de mente y corazón.

Sabes bien que el pasado ya se fue y el futuro no ha llegado, recuerda que estás AQUÍ, sólo tienes el AHORA y eres ESTE MOMENTO. Llegar aquí ha sido una suma de momentos, buenos y malos, como todo en la vida. Como en una carrera, has venido galopando pacientemente desde atrás, por momentos el camino se hizo más estrecho y cuesta arriba, pero no te rendiste y saliste airoso de la adversidad. Sé que sufriste y me entristece recordar la impotencia, rabia y frustración que te invadieron cuando nada salía como querías y, lo que es peor, sólo te daban la espalda cuando más necesitaste consuelo y apoyo. Disculpa si lo que hice por ti no fue suficiente en esos momentos, perdóname si te lastimé, quiero que sepas que yo también sufrí y lloré. Hoy sigues firme en la carrera, con más deseos que nunca y con fe en cada paso que das de la mano de tu maestro. Sí, ese mismo que se equivocó un día y corrigió, ese que un día tuvo el valor de hacer borrón y cuenta nueva y empezar de cero. Ese que te mira con los ojos de un padre y te sostiene como a un amigo, ese que te ilumina con sus palabras y te contagia de tranquilidad. Ese que te protege, te admira y te respeta, ese para quien eres lo mejor que le ha pasado. Ese que con su experiencia, sus cábalas y su serenidad llegó para hacer mejor nuestras vidas.

Estas líneas son sólo para ti y si me permites pedirte algo sólo quisiera pedirte que seas TÚ, calidad y corazón te sobran. Quisiera recordarte con esa paciencia, concentración y sensatez hasta el último minuto. Y sólo para terminar y para que no se te olvide, recuerda por favor que pase lo que pase, estés donde estés, yo igual estaré alentándote y te querré igual. Entiendo que esto es de momentos, como la vida misma. No sé qué va suceder en el futuro, nadie lo sabe, sólo sé que si tuviera que volver a nacer te escogería una y mil veces más porque lo que siento por ti es único y para siempre, porque el amor nunca muere, porque no imagino mi vida sin ti AMADA BLANQUIRROJA.

“Haber tenido un grupo humano de grandes muchachos, de grandes compañeros, de grandes amigos se dio para cumplir un anhelo, cumplir un sueño que nos habíamos propuesto todos en aquella oportunidad y vimos coronado con éxito, o sea creo que el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio, el haber permanecido por tanto tiempo concentrados… los frutos tenían que darse…” Teófilo Cubillas, recuerdo del 31.08.1969.