OTRA VEZ TÚ

No escribiré de fronteras, bebidas, platos ni de historia, aquí escribiré de fútbol. Lo que ayer el mundo vio en la semifinal de la Copa Confederaciones fue un espectáculo que no ocurre todos los días. Campeón Europeo vs Campeón de América, equipos muy destacados, con individualidades y juego colectivo respetable. Al finalizar la tanda de penales pensaría en un fácil consenso para juzgar a un justo ganador. El fútbol no es merecimiento ni justicia, pero si tuviera que calificar el resultado de ayer diría que el final fue justo y merecido, pocos o nadie podría discutirlo. A menos que alguno piense que Portugal fue superior y mereció su cupo en la final. No. Eso no fue así.

Un Chile empoderado, arrollador, con fútbol, con actitud, con personalidad, con autoridad, y lo que para mí lo hace más envidiable, con corazón. Cómo corrieron, cómo pelearon, cómo sufrieron, cómo saltaron y ganaron por arriba a quienes les llevaban unos varios centímetros de estatura, cómo se tiraron tras la pelota aun sabiendo que no la alcanzarían sólo por el gusto de dejar la piel en la cancha. Destaco el talento, destaco el equipo, ese que es más que un grupo de buenos jugadores reunidos, ese que permite que no haya un solo líder sino que cada uno sea su propio líder, ese equipo sinónimo de unión que hace que se complementen los unos con los otros, ese trabajo colectivo cuya sinergia maximiza los rendimientos individuales sólo por el hecho de jugar juntos. Ese equipo que también es amor ¿y por qué no? Ese vínculo y experiencia en común los vuelve cómplices como en cualquier relación. Como lo expresaba Pitbull Gary Medel en sus redes sociales refiriéndose a Claudio Bravo “Quién más q tú capi @C1audioBravo te amo…”. Lo que esta selección ha logrado es resultado de tiempo, esfuerzo, trabajo dentro y fuera de la cancha, trabajo con los pies, la mente y el corazón, sincronizados como una banda interpretando la misma melodía. Qué tarea la de alinear cuerpo, mente y corazón en cada jugador y a la vez alinearlos como grupo a un mismo juego, mentalidad y emoción. Convertirlos en esa sólida unidad debe ser como cuando se alinean los planetas seguramente o como cuando se dice que el universo confabula, otros términos pero la misma idea. Somos espectadores de algo histórico, no sé si alguna vez un mismo país de América juega finales 3 años consecutivos en torneos oficiales. Esto es insólito, tal vez para que algo así vuelva a ocurrir pasarán muchísimos años, o tal vez sea una práctica común en adelante, no se sabe, lo cierto es que, guste o no, Chile es finalista de la Copa Confederaciones y es el país que nos representa ¿o acaso los alemanes? Con todo el respeto que merece la joven máquina europea.

Finalmente, debo confesar que deseé que Argentina gane la tanda de penales aquellas veces, así como hoy acepto que ayer me rendí ante los de Pizzi. Sin más que resaltar, dejo por aquí la arenga del Capitán Claudio Bravo antes de los penales que habla por sí sola de la EMOCIÓN, PROFESIONALISMO y TRABAJO EN EQUIPO que hoy definen a la selección chilena. Sea o no el campeón este domingo, lo que se vio ayer quedará en nuestra retina y seguro lo recordaremos un tiempo más ¡VIVA EL FÚTBOL!

“ME SACO EL SOMBRERO DELANTE DE TODOS, HUE… LA PELEAMOS, SUFRIMOS, CORRIMOS HUE… DEJAMOS TODO ADENTRO, NO SE DIO, TUVIMOS LA OPORTUNIDAD HUE… NO SE DIO. AHORA TRANQUILIDAD MUCHACHOS, NO VAMOS A PERDER NINGUNA HUEV… LO VAMOS A GANAR. TENEMOS EXPERIENCIA DE SOBRA, HUE… APOYEMOS AL COMPAÑERO. PASE LO QUE PASE ¡NOS VAMOS CON LA CABEZA EN ALTO QUE SOMOS CAMPEONES!” C. Bravo (28.06.2017)