Hace un mes pisé por primera vez suelo ruso, un país que no tenía planificado como destino ni en sueños, aun cuando Perú clasificó lo sentí siempre distante, ¿Rusia? ¡Qué lejos! ¡Qué diferente! ¡Qué grande! aparecía en mi mente. Hasta que el 13 de marzo 2018 esto cambió, se abrió el turno de la página de la FIFA y conseguí entrada para cada partido de Perú en la fase de grupos. Los minutos posteriores me quedé paralizada y en blanco porque fue algo muy grande para asimilar en breve tiempo, iría a Rusia a ver a Perú a MI PERÚUUU. Los siguientes 07 días ni dormí planificando el viaje, estando tan cerca del mundial las opciones eran menos y había que ser muy detallista.
El 15 de junio 2018 a las 9.30 pm (hora local) aterricé en el Aeropuerto Domodedovo en Moscú, todo lo que vino en adelante fue tan intenso que con sólo recordar siento un nudo en la garganta y es imposible no emocionarme, cómo explicarlo… Esta mañana en el partido final reviví aquellas emociones al ver cantar los himnos, La Marsellesa tan familiar, al ver cómo Croacia metía y en algún momento estuvo cerca, grité el empate y lloré con su Presidenta cuando consolaba a los suyos al recordar también a los míos justo frente a “Los Blues» que por cierto tuvieron un tremendo mundial consolidándose como merecidos Campeones del Mundo.
Me llena de nostalgia saber que hoy acabó la fiesta pero a la vez me llena de ilusión y esperanza pensar que más adelante volveremos y verme nuevamente conmovida con ese derroche de amor incondicional del peruano por su Blanquirroja, ese del que sólo nosotros sabemos. Porque no siempre gana quien avanza sino también quien deja huella, así como lo demostramos los peruanos. Gracias Perú, gracias Selección, sin ustedes no hubiéramos vivido este sueño hecho realidad. Hasta pronto mundial. SIEMPRE ARRIBA PERÚ.
La Convocada 