Nadie dijo que sería fácil, el «Contigo Perú» y el «Himno Nacional» de Saranks no fue un sueño, fue mágico y eterno. Querramos o no, aquel partido y aquel momento, luego de 36 años, pasará a la eternidad. Sí dolió en el alma la derrota, sí nos ahogó el penal fallado y sí nos sepultó el gol de Poulsen al 59′ pero esto es fútbol, esto es Perú y aun con todo sigue en pie.
Pienso que no hay nada que reprochar, por el contrario, hay mucho por resaltar, empezando por el corazón y entrega del hincha peruano en la tribuna y fuera de ella que, pese a la adversidad, jamás se rindió y creyó hasta el pitazo final. Lo de los jugadores en cancha fue un regalo trascendente, qué bien jugaron, qué toque, qué clase, qué ganas, todos con puntos altos en lo colectivo e individual. Solidarios, concentrados y guerreros. Qué difícil pensar en cambios cuando todos jugaban sobre los 7 puntos, igual quienes entraron en el segundo tiempo lo hicieron también de forma superlativa. Es verdad que sí hubo errores que pagamos caro pero pese al impacto en el resultado no empaña todo el buen trabajo que hicieron en el global del partido. Una jugada aislada no debe alterar esta realidad.
Sobre el penal no sabremos jamás si otro la hubiera metido, ocurre que hasta los héroes y mejores erran los penales, la presión de 36 años sobre los hombros le pesa a cualquiera, es de valientes pararse delante de ese tipo de pelotas, no se nos dio aquella noche de Saranks y eso significa que que hay oportunidad de mejorar y que así es el fútbol, se goza y también se sufre.
Jugamos como siempre y perdimos como nunca luego de una larga racha y acostumbrados a importantes resultados. Sin embargo, la unión e integridad del equipo se mantiene sólida, a veces una imagen vale más que mil palabras, sólo perdimos un partido mas no la esencia ni personalidad de este equipo que se hace más fuerte ante la adversidad. Su espíritu resiliente se ha convertido en su marca registrada y al margen de la derrota hoy siguen de pie. Y si no está de pie está aquella mano del compañero que sostendrá a su hermano para levantarlo, reconfortarlo y apoyarlo. Toca levantarse, y si ellos pueden, también nosotros. SIEMPRE CONTIGO PERÚ.
