Ya faltan pocas horas para el partido de vuelta de Perú con Nueva Zelanda, he leído y escuchado de todo estos días luego de concluidos los primeros 90 minutos. Efectivamente quedó la sensación de sin sabor por lo que vimos, un Perú superior en el manejo del balón, un Nueva Zelanda con pasajes torpes en el dominio y creación de ataque. Sin embargo, no se puede negar que el rival fue ordenado y efectivo atrás. Los nuestros metieron e intentaron y propusieron, lamentablemente sin contundencia ni explosión suficiente para hacer daño en el área rival, salvo las llegadas de Farfán, Cueva y Corzo creo que no hubo mayor exigencia para Marinovic. No estudié para DT para saber qué tendríamos que cambiar tácticamente ni cómo para romper esa muralla de los All Whites, eso se lo dejo a Gareca, pero de lo que sí sé y estoy segura es que hoy necesitan urgente todo nuestro apoyo y fuerza más que nunca y de paso un chip mental diferente al del viernes. Y hablando de chip, justo MisterChip resaltó los fríos números de la primera vuelta de los repechajes, la mayoría de partidos quedó 0 – 0, y lo definió como PÁNICO. Nada más cerca de la realidad, no sólo le pasa a Perú sino le pasó a casi todos los países que jugaron la repesca en la ida. Y es que pese al buen trabajo de Marcelo Márquez, sicólogo deportivo de la Selección, los chicos tampoco son robot. Hay que ser conscientes de lo que sostienen sobre sus hombros, no es fácil y tampoco para cualquiera, si me jalan en la sustentación de la tesis finalmente me frustra sólo a mí, imaginen la frustración similar pero multiplicada por 31 millones de veces si me jalan. Sí, ellos saben que de sus pies depende la felicidad máxima o la frustración más dolorosa de todo un país de todo un Perú. Lo que quiero decir es que le hayan puesto delante a Nueva Zelanda o Islas Salomón u otro rival seguramente Perú probablemente hubiera tenido similar reacción porque esta realidad está dentro de la Selección y no afuera, superando incluso el tema táctico o técnico, tal cual lo vimos el viernes. Las decisiones apresuradas, las imprecisiones en los pases, las pocas ideas en creación podrían ser síntomas o consecuencias de un cuadro emocional colectivo llamado “pánico”. A veces cuando está en juego mucho por perder, como la clasificación luego de 35 años, muchas cosas pasan en cada jugador y se refleja luego en forma colectiva dentro de la cancha. Y eso poco o nada tiene relación con ser profesional. No por ser profesional de fútbol dejas de sentir o de tener miedo, ser humano no es una elección. Este grupo cuántos partidos jugó en esta instancia de repechaje, cuántas veces tuvo Perú este trayecto de menos a más y conseguir una repesca agónica para el mundial. Cuántas. Queda solamente encomendarnos con toda la buena vibra y energía del mundo para pasarles todo lo positivo a través de nuestros pensamientos y sentir, el día llegó, seamos hoy como lo que queremos de cada uno de ellos, con la cabeza tranquila y plena para discernir y el corazón ardiendo para dejarlo todo por lo que amamos, nuestros colores, nuestro país, sólo así encontrarán la tranquilidad necesaria para regalarnos su mejor versión y fluir como ya los hemos visto en varios pasajes de esta recta final. ¿Acaso cuando jugamos la pichanga no es más divertido, más relajado y nos sale todas? Es lo mismo. Si Perú logra sacarse la mochila pesada, centrarse en su juego y sentirse en “modo pichanga” con el calor de su gente , tengo la certeza de que esta noche conquistaremos la felicidad en masa. Pero sobretodo, pase lo que pase, siempre pero siempre ¡¡¡ARRIBA PERÚ!!!

Muy buen comentario a horas de un partido que nos tiene a todos en una ansiedad general que deseamos resulta gratificante pasadas las 11 de la noche, definido en los 90 minutos reglamentarios.
Éxitos Sari y arriba Perú
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Y la hicimos Juan Carlos, sí se pudo, a seguir celebrandooo! Qué orgulloo y felicidad! Gracias!
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